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Susan Sontag, apariencias

Borges, en “Tlön, Uqbar, Orbis Tertius” (Ficciones, 1944), hace que Bioy Casares, recordando la Anglo American Cyclopedia, cite a un heresiarca de Uqbar: “Para uno de esos gnósticos, el visible universo era una ilusión o (más precisamente) un sofisma. Los espejos y la paternidad son abominables porque lo multiplican y lo divulgan.”
Susan Sontag - Annie Leibovitz
Susan Sontag (1933-2004), una de las pensadoras más agudas de su tiempo, publicó en 1977 “Sobre la fotografía”, un compendio de ensayos mediante los que reflexionaba sobre cómo la fotografía, desde sus comienzos realmente operativos en la década de 1830, había acompañado al mundo moderno que, no por casualidad, estaba naciendo en la misma época. 
Manzanar Relocation Center - Sierra Nevada, California - 1943 -Ansel Adams - Library of Congress
El libro es prolijo, no tiene una dirección unívoca, no se puede resumir. Hay fotógrafos que son citados reiteradamente, revelando los gustos de su autora. Por ejemplo, Walker Evans, Dorothea Lange y otros, que trabajaron en la Farm Security Administración (en los años 1930); Ansel Adams y sus trabajos sobre los japoneses internados en campos de concentración (como el Manzanar, California) en los años de la segunda Guerra Mundial; los trabajadores infantiles retratados por Lewis Hine; y, modernamente, Cartier-Bresson y Avedon. 
Georgia Cotton Mills - Georgia - Enero 1909 - Lewis Hine - Library of Congress
Hay dos cuestiones, de las que plantea, que me han parecido especialmente relevantes. La primera es que una fotografía cambia según el contexto en el que se ve: “una hoja de contactos, una galería, una manifestación política, un archivo policial, una revista, un libro, la pared de un sálón.” y cita a Wittgenstein respecto a lo que argumentaba sobre las palabras: “su significado es el uso”. Wittgenstein, en el “Tractatus”(1922), proposición 3.2.6.2 dice: “Lo que no alcanza a expresarse en los signos es cosa que muestra su uso”. A ello añade Sontag que la fotografía, en sus diferentes contextos, contribuye a “…esa partición de la verdad en verdades relativas que la conciencia liberal moderna da por sentada.” 
La segunda cuestión, la aborda Sontag citando a Ludwig Feuerbach (1804-1872) el cual señalaba en 1843 que “nuestra era” “prefiere la imagen a la cosa, la copia al original, la representación a la realidad, la apariencia al ser”. El signo por excelencia de la modernidad radicaría en la autonomía de las imágenes; tendrían identidad propia al margen de la realidad. Sontag identifica que Feuerbach supone que las nociones de realidad e imagen son estáticas y (contra él) argumenta que eso no es cierto, que son dinámicas, cuando cambia la noción de la realidad también cambia la de la imagen y viceversa. El resultado, ciertamente aterrador, es que cuando la realidad se debilitara, las imágenes se convertirían en nuestra auténtica realidad, el paraíso soñado e inmutable. Supongo que es lo que ocurre tanto con las imágenes publicitarias como con las de viajes. 
Paris - 1911 - Alfred Stieglitz - Library of Congress
Lo realmente fascinante, e inquietante, es que a veces no logro discernir en mis recuerdos si son tales o han sido modificados por las fotografías que guardo de mi propia vida.